El jabón es un elemento indispensable con una larga historia. Este producto higieniza y elimina la suciedad de nuestro cuerpo y ropa. Cuando se termina basta con ir a comprar, pero no siempre ha sido tan sencillo.
Origen del jabón
La primera receta conocida para elaborar el jabón es de Sumeria (región histórica de Oriente Medio), y data del año 3000 a. C.
Hacia el segundo milenio a. C., los egipcios obtenían un producto de limpieza corporal a partir del carbonato potásico y la sosa.
El mundo mediterráneo antiguo no conocía el jabón; en su lugar se empleaba el aceite de oliva: se cocinaba y se lavaba el cuerpo con el mismo producto.
El jabón antiguo se obtenía de las cenizas procedentes de la combustión de la madera que se mezclaban con aceite de oliva, sosa, grasa animal y cal viva. Era un jabón muy aceptable, perfectamente adecuado a su fin, y se mantuvo competitivo hasta no hace muchos años.
Los fenicios, los más activos comerciantes del mundo antiguo, trajeron el jabón a Occidente, tal vez a Cádiz (España) y Marsella (Francia) hacia el año 1000 a. C.
Evolución del jabón
Ya en el siglo VIII, el jabón se conocía en todo el sur de Europa. Se fabricaba en Toledo, Génova y Marsella y era producto caro debido a que las materias primas eran de difícil extracción. Además, la elaboración del jabón era artesanal, por lo que su producción era muy reducida por no dar más de sí las pequeñas factorías de tipo familiar.
En 1791, tuvo lugar un hecho importante para la historia del jabón: el francés Nicolás Leblanc descubrió el modo de obtener sosa de forma más sencilla que abarató la fabricación del jabón.
Ya era posible universalizar el jabón, generalizar la limpieza.
Poco después, hacia 1820 el francés Michel Eugène Chevreul descubrió la oleína, demostrando que el jabón era el resultado de una relación química precisa. Aquellas innovaciones hicieron disminuir de forma notable en la Europa de 1830 la mortalidad infantil, gracias al abaratamiento de un producto tan íntimamente ligado a la higiene.
Gran avance supuso asimismo en 1861 los trabajos del belga Ernest Solvay, que estableció las bases técnicas para fabricar sosa en gran escala.
A principios del siglo XX, los químicos alemanes S. Geisler y J. Bauer inventaron un procedimiento para fabricar jabón en polvo seco. En 1906, la compañía alemana Henkel, de Düsseldorf, comenzó a vender con el nombre de “Persil” el primer jabón en polvo del mercado. Pero era el detergente, es otra historia.
Tal y como hoy la conocemos, la pastilla de jabón fue inventada en 1903 por el alemán Adolph Klumpp , el cual mediante una prensa refrigerada facilitaba la solidificación rápida del jabón líquido y caliente.
Con esta máquina era sencillo dividir en bloques o porciones del tamaño que se quisiera la masa de jabón, ponerles un sello y prepararlas para su empaquetado y embalaje. Este proceso, que Klumpp redujo a un cuarto de hora, exigía con anterioridad a su prensa un par de semanas.
En el año 1914 comienza en España la producción del famoso jabón el Lagarto por la empresa Lizaritury y Rezóla, S.A. Aunque ya existían había otros jabones en aquella época. Lagarto dominó el mercado de los jabones en España durante gran parte del siglo XX.
A continuación puedes encontrar un resumen de la historia del jabón en forma de cronologia:
Año 2800 a. C.: Primeros rastros de un jabón fabricado con grasas y ceniza en Mesopotamia.
CURIOSFERA-HISTORIA.COM(Abril 2020). https://curiosfera-historia.com/historia-del-jabon-inventor/
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